Comparte en:

Miércoles 13 Mayo 2020

Cómo debe afrontar un pequeño bufete la crisis del COVID-19

Los pequeños y medianos bufetes se han convertido en uno de los principales afectados debido a la crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus. Por ello os ofrecemos unas serie de medidas para poder gestionar de una manera eficaz vuestro despacho de abogados. 

La economía española durante este último mes se ha visto frenada debido a la crisis del COVID-19, los autónomos de pequeños y medianos negocios se han visto obligados a cerrar sus locales y actividades temporalmente. Algunos de ellos en la fase cero de la desescalada, pudieron abrir pero con exigentes medidas de seguriad para evitar el contagio, y ahora con la fase 3 parece que estamos volviendo a la normalidad. Muchos se han visto obligados a tomar una serie de medidas para poder sobrevivir y subsistir durante este periodo de cierre, un cierre que ha afectado también, y de mala manera,  a los pequeños y medianos despachos de abogados, debido a la paralización judicial ocasionado por el estado de alarma.

Con los juicios aplazados o suspendidos y con algunos de los clientes aún en cartera (muchos de ellos con problemas para hacer frente a los pagos), algunos despachos han tomado una serie de medidas para superar este bache. Los despachos de pequeño y mediano tamaño no cuentan con la liquidez y el aguante de las grandes firmas, por lo que se torna como algo obligatorio seguir una serie de medidas para su supervivencia. Entre ellas y la que resulta de las más fundamentales es la reducción los costes fijos.

Para ello habrá que empezar con la reducción de los gastos sobrantes ajenos a los servicios jurídicos, como las suscripciones o la publicidad, y con ellos fijar una reducción en los precios de los servicios  que ofrezcamos, para  así llegar  a  más clientes. En ocasiones esta estrategia puede concebirse como un signo de debilidad en el caso de que la firma no se encuentre del todo consolidada en el mercado.

Los ERTE y los ERE pueden suponer un trauma para los trabajadores del despacho, nuestros profesionales, el componente humano, se convierten en nuestro principal activo en el bufete, por lo que decantamos por otra medida, la reducción parcial de la jornada  en lugar de las ya mencionadas.

Otras de las medidas que podemos optar es la mudanza a otra oficina más pequeña, en el caso de que nuestro arrendador no viese viable la negociación sobre la reducción del alquiler. Aunque en mayor medida, ejerceremos la mudanza en el caso de que la mayoría de nuestra plantilla trabaje remotamente.

Por último, como nuestro trabajo presencial se ha visto supendido temporalmente debido a la pandemia, se priorizará el uso del trabajo telemático, algo que como hemos ido comentando con anterioridad, no está del todo instaurado en nuestro país y menos aún en el sector de los despachos de abogados. A pesar de ello, el teletrabajo se presenta como algo necesario y obligatorio para seguir con nuestro trabajo diario, por lo que ahora más que nunca resulta fundamental la inversión en las nuevas tecnologías que agilicen nuestro trabajo, como en la automatización del trabajo que nos ahorre tiempo y recursos ganando mayor eficacia. 

Como veis, hay muchas opciones por las que abordar la reducción de los costes fijos sin que ello implique una terrible tragedia dentro del despacho y de la plantilla. En estos tiempos tambaleantes, los pequeños y los medianos despachos que carecen de la liquidez de las grandes compañías,  se les requiere un mayor esfuerzo en la toma de decisiones para evitar así la desaparición del bufete. 

Fuente:

Díaz, I. R. (2020). Medidas para que los pequeños y medianos bufetes sobrevivan a la crisis del coronavirus. 

 

Tags:

Categorías: Consejo del martes

comments powered by Disqus